Con el tiempo el monstruo continuo observando a la familia Lacey y comenzó a notar que ellos estaban tristes, dedujo que esto se debía a su pobreza pero también noto que el más pequeño Feliz era el más triste aunque la razón lo eludía. Comenzó a palear la nieve y cortar leña en las noches para que así ellos tuvieran más tiempo de trabajar en el jardín o hacer otras tareas la familia considero esto el acto de un buen espíritu. Al escucharlos el monstruo aprendió palabras como leche, queso y pan.
También noto que cuando Feliz leía en voz alta en realidad estaba mirando símbolos que pasaban por palabras, el monstruo quería aprender a comunicarse para si poder hablar con la familia De Lacey’s y que estos no lo odiaran o le temieran por su aspecto horrendo el cual descubrió un día al mirarse en el reflejo de un riachuelo, el esperaba que hablándoles podría ganarse su cariño.